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Las diversas formas de la barbarie 
30/03/2016 - La Voz de Almería

   Nadie preguntará a los terroristas por qué lo hicieron. Es peligroso escuchar sus motivos. Sin embargo, la única manera de acabar con ellos es encontrar el origen de su violencia. Porque entender no significa justificar. Porque no querer entender significa prejuzgar. Analizar qué les llevó a cometer su atentado debe ser la labor de nuestra sociedad, entender para evitar que vuelva a ocurrir. Lo fácil es matar la mosca a cañonazos, contestar en caliente a las bombas con bombardeos, cauterizar la gripe con una tirita y creer que una respuesta violenta es contundencia cuando lo verdaderamente contundente sería entender los porqués. Y para entender, la victimización siempre será un obstáculo. 

   La barbarie puede adoptar diversas formas. Lo difícil es saber identificarla. Sólo el día que consigamos entender qué factores llevaron a Hitler a hacer lo que hizo podremos prevenir el surgimiento de otro Hitler (o un Donald Trump). Entender cómo media Europa se dejó seducir por su proyecto. Entender cómo el yihadismo consiguió captar para su causa a tantas personas. El terrorista viene de un lugar donde el miedo y la veneración confunden su semblante, donde héroes y traidores son el doblez de una misma máscara. Pero el terrorista no es tan diferente a nosotros: vive en nuestro barrio, fue al mismo colegio y compra en el supermercado de la esquina. Compartimos nacionalidad porque nació en Francia, Bélgica, Irlanda del Norte o el País Vasco. Pero un día comenzó a sentirse un extranjero, todo a su alrededor se volvió extraño y él un intruso. 

   La violencia puede adoptar diversas formas: un trauma identitario, una bomba, un dogma, un 53% de desempleo juvenil o un barrio abandonado a los suburbios de una gran ciudad. Dejar a los refugiados pudrirse a las puertas de Europa es otra forma de violencia. No entender a los refugiados significa participar en el terror. Su único delito fue buscar la paz en las fauces del lobo. No son tan diferentes a nosotros aunque vengan del precipicio donde acaba el mundo. Huyen del 11-S, 11-M, 7-J, 13-N y 22-M cotidianos. Escapan de un lugar donde ya no hay respuestas. ¿Cómo nació el yihadismo? ¿Cuántos siglos lleva Occidente calentando la olla a presión de Oriente Medio? ¿Quién financia la guerra en Siria? ¿Ha funcionado la integración multicultural en Europa? De nosotros depende encontrar a tiempo las respuestas.