Roaming 17 
‘El Ministerio del Tiempo’ y la Seriepatía 
13/04/2016 - La Voz de Almería

   Hacía tiempo que no me enganchaba a una serie. Y aún más a una de Televisión Española. Javier Olivares y su hermano lograron con El Ministerio del Tiempo un producto inteligente en la medida en que se puede crear una serie digna con un presupuesto modesto. Estamos ante una reunión de géneros, varias series en una, algo así como un híbrido entre Doctor Who y Érase una vez el hombre. Una serie de todas las épocas que obvia sabiamente el futuro porque nada envejece tan rápido como las fantasías sobre el porvenir. Además de su carácter divulgativo, mezcla la personalidad de los «muy españoles y mucho españoles» con la ciencia ficción, a Mortadelo y Filemón con Isaac Asimov, las influencias de la HBO o la BBC con guiños a la actualidad y clichés sobre el funcionariado. Cada ingrediente en su justa medida, porque la adicción es la dosis. 

   Aunque su leitmotiv sea preservar la historia tal y como fue, cruel e injusta, el ministerio propone un ajuste de cuentas con nuestra historia y la versión edulcorada de Cuéntame cómo pasó. Es otra visita a la Historia con mayúscula a través de las diminutas historias de aquellos que la integraron, como ocurría en la serie Roma con los legionarios Voreno y Pullo. Es un ajuste de cuentas con Jimena, quien hubiera preferido compartir su vida con el esposo sensible y buen vasallo del Cantar de Mio Cid y no con el cruento mercenario que le deparó la realidad. Un ajuste de cuentas con Lorca, quien recibe de Julián la despedida que le negó España en una escena cargada de verdad escrita por Javier días después de la muerte de su hermano. 

   A pesar de su éxito, la serie no está exenta de polémica, desde el parón indefinido recién anunciado hasta sus mismos cimientos. La ciencia ficción no es un «viva la virgen», tiene sus propias reglas, las que cada autor se marque, pero reglas a respetar. Ejemplo: si las puertas del ministerio sólo funcionan en territorio español, ¿cómo llegan Amelia y Houdini a la Hungría de 1878? Porque Houdini puede viajar al pasado sólo algunas horas… 

   De todas formas, Javier ya reiteró que la suya es una serie fantástica y no de ciencia ficción, que existen las paradojas temporales y que en sus guiones «las emociones están por encima de los códigos.» Y eso debemos reconocérselo. La serie consiguió hacer trending topic a la historia española en un momento en que está marginada en los planes de estudio. No es fácil escribir con los puristas buscándote las cosquillas en cada capítulo, ni continuar a pesar de la falta de presupuesto y la pérdida de tu hermano y co-creador en plena gestación, ni mantenerte fiel a ti mismo sin venderte a las escenas de sexo y violencia. Espero ansioso el próximo capítulo. Me confieso ministérico. Ojalá el parón no dure demasiado ahora que el tiempo juega en nuestra contra.